¡Qué bonito es apuntarse a cosas! Está muy bien sentirte movido por algo y querer trabajar en algo como el voluntariado o catecismo, querer ayudar, etc, pero no es de recibo el llegar los últimos e irnos los primeros. Hemos quedado en trabajar, en hacer una función.
Una función implica unas obligaciones, unas que nos van a gustar más y otras que nos van a gustar menos. Pero si quedas para hacer algo quedas para hacerlo.
De esto que estoy esperando a ver si viene alguien para echarme una mano en mis funciones los domingos y siempre veo a los mismos: Pablo con los niños; Quique con el cartel; Cristina nos hace las hojas; yo con los papeles de reservado, numerar las hojas, fotos a los niños que salen a misa, envolver los regalos.
No necesito ayuda con los regalos, pero es que si tengo que numerar las hojas estoy apurada para ir a hacer la foto a los niños lo que ahora me obliga a tener que levantarme cada vez antes e ir otro día para hacerlo todo y tenerlo listo para el domingo.
Así es que para todos los que lean esta entrada de blog os digo:
Si os ofrecéis para hacer algo, habéis aceptado unas obligaciones. Así que ahora os j****s y las hacéis. Si no te gusta trabajar pos no te apuntes a nada francamente. Si te gustan los niños no tomes funciones para los domingos en misa. Porque es más facil el trabajo entre todos que entre dos o tres.
Lo que esos dos o tres tardan en hacer antes de misa media hora o así entre todos se tardaría un cuarto de hora y así daría tiempo a sentarse a charlar.
En conclusión, más manos menos trabajo, menos manos mucho más trabajo.
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